domingo, 14 de marzo de 2010

La Geopolítica y la nueva visión geoestratégica del Perú en el siglo XXI


Escribe : Ángel Arturo Castro Flores

Coronel (r) EP

La geopolítica como disciplina, enseña a valorar lo que cada país posee, es una herramienta fundamental para la evaluación geoestratégica de un país. En el caso del nuestro, nos enseña a considerar nuestras riquezas naturales, su biodiversidad, valores, cultura, tradiciones, fortalezas y debilidades como sociedad. Todo ello distribuido en las 8 regiones naturales según Javier Pulgar Vidal, o si se quiere en las 11 Ecoregiones de Antonio Brack.

Por su importancia, cada Región es un área geográfica que se puede delimitar perfectamente, teniendo en consideración su clima, suelo, cuencas hidrográficas, riqueza étnica, actividades humanas, así como su diversidad en flora y fauna silvestre.

La Geopolítica por tanto, estudia no solo la influencia de los factores geográficos en la vida y desarrollo del estado, sino que, permite obtener conclusiones capaces de orientar la política del país y lograr sus objetivos nacionales o de Estado.

Pero, no es solo el factor geográfico el que toma la geopolítica como elemento que determina tales comportamientos, sino que busca respuestas para saber qué sucede en lo social, económico, demográfico y ecológico. La combinación de estos factores le otorga a la geopolítica su valor y verdadero sentido en la actualidad.

Es una herramienta valiosa, para el estadista y el estratega militar, tanto para fines de desarrollo como para alcanzar la seguridad y defensa nacional. Especialmente para prevenir los efectos, que las vulnerabilidades, los riesgos y las amenazas militares y las de la propia naturaleza, como el terremoto en Chile, pueden conmocionar a nuestra nación y afectar los objetivos nacionales.

A diferencia de su período original, ocurrido a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX en el que la geopolítica se ideologizó y sirvió para que las potencias europeas encontraran la justificación de su expansionismo territorial; en la actualidad y después de su fracaso en la Segunda Guerra Mundial (II-GM), la geopolítica ha recobrado un nuevo resurgir.

En la actualidad la geopolítica se define como la disciplina que enseña a valorar las potencialidades de un país y a realizar un mejor uso de los espacios físicos y recursos de toda naturaleza. “Es un instrumento de análisis para desentrañar al conjunto de factores que estructuran el comportamiento político de los pueblos. Orientándose fundamentalmente a ser una disciplina que enseña a los dirigentes nacionales públicos y privados, a realizar un mejor uso o empleo de los espacios geográficos que ocupan los estados”.

Por otro lado, la geoestrategia nos enseña la forma de articular armoniosamente todos los elementos que el Estado posee en su ámbito geográfico, para darle un sentido utilitario, o de utilidad y uso a los recursos inmensos que posee, y aprovechar las ventajas geopolíticas que el país cuenta, especialmente por su ubicación geográfica.

Según Rudolf Kjellen “La Geopolítica concibe al Estado como un organismo geográfico o como un fenómeno en el espacio”. Mientras que Zbigniew Brzezinski, ex consejero del presidente estadounidense Jimmy Carter, sostiene que “La Geoestrategia es la gestión estratégica de los intereses Geopolíticos”. Es decir, la Geoestrategia estudia la influencia de la geografía desde el punto de vista estratégico, de tal manera que, a quien posea el control y/o posicionamiento físico de los espacios territoriales, le genere, ventajas geopolíticas.

La ocupación de los espacios de crecimiento de nuestro país, que a la fecha no se ha realizado por falta de una política de Estado; materializaría la ejecución de una política nacional, que permitiría ocupar estos espacios de crecimiento para generar actividades económicas y de esta manera garantizar el bienestar y seguridad de la nación.

Debemos tener en cuenta que en las diferentes regiones de nuestro país, Costa, Sierra y Selva existen muchas áreas de crecimiento, que no han sido ocupadas para las diversas actividades humanas. Eso es una limitación que afecta la articulación y el sentido utilitario de esas áreas potencialmente productivas.

¿A quiénes compete desarrollar una visión geopolítica y geoestratégica del país?

Por su estrecha relación con los intereses nacionales, una visión geopolítica y geoestrategia moderna de nuestro país conciernen y es responsabilidad de todos, especialmente de gobernantes, las FFAA, los políticos, diplomáticos y fundamentalmente los estudiantes.

Entonces, una nueva visión geoestratégica del Perú tiene necesariamente que articular los siguientes elementos: las riquezas existentes en el mar y sus regiones naturales; la ubicación geográfica del Perú en el continente y en el mundo; la presencia del río Amazonas que materializa la bioceanidad y la conexión del Perú con los países continentales e insulares de la Cuenca del Pacífico. Así como la presencia del Perú en la Antártida y la capacidad creadora del hombre peruano.

Desde el punto de vista geoestratégico, nuestro país es marítimo por su acceso al mar con un litoral de 3,080 Km. Andino porque la cordillera de los andes nos une a otros países. Amazónico porque contamos con bosques y una biodiversidad compartida con otros vecinos. Bioceánico por la proyección internacional que nos da el río Amazonas hacia el Atlántico. Antártico, como expresión de su proyección continental y es el nexo natural entre los extremos norte y sur de Sudamérica.

El valor geoestratégico de nuestro país está dado por: su ubicación central y condición bioceánica, que son favorables para el desarrollo de un nudo de comunicaciones terrestres y aéreas en América del sur; la interconexión del Perú con 4 cuencas hidrográficas que permiten un intercambio comercial, industrial, cultural y poblacional significativo; el ser marítimo y bioceánico permite el comercio naviero con todos los países continentales e insulares de la Cuenca del Pacífico y del Atlántico.

En este referente geopolítico y geoestratégico, se debe aprovechar la ubicación estratégica de la Isla San Lorenzo, para la construcción de un terminal multimodal (terrestre, marítimo y aéreo). En lugar de construir casas, centros comerciales y empresariales.

Debemos aprovechar que esta isla tiene 8 kilómetros de largo y 2 de ancho, espacio suficiente para albergar los tres terminales. Inmensas ventajas si lo comparamos con la pista del Jorge Chávez (4 kilómetros de largo X 100 metros de ancho aprox.). O con el mejoramiento de los muelles Norte y Sur del primer puerto. Nos daría una gran ventaja sobre el megapuerto chileno de Mejillones que se debe inaugurar el 2012.

No olvidemos, nuestra proyección geoestratégica internacional es inmensa, especialmente hacia la Cuenca del Pacífico. Hay un gran mercado con más de 1,300 millones de habitantes que esperan a los productos peruanos.

viernes, 12 de marzo de 2010

El falaz tratado defensivo del Perú con Bolivia fue una burla


Jorge Basadre Ayulo Maestro y Doctor en Derecho

A instancias de Bolivia, el régimen político civilista en el Perú consideró conveniente celebrar una alianza con Bolivia, países donde se encontraba el rico salitre y que era explotado por trabajadores chilenos de manera colectiva. El referido tratado entre Perú y Bolivia fue suscrito el seis de febrero de 1873.

El artículo primero rezaba: Las altas partes contratantes se unen y ligan para garantizar mutuamente su independencia, su soberanía y la integridad de sus territorios respectivos, obligándose en los términos del presente Tratado a defenderse de toda agresión exterior...

El párrafo segundo del citado instrumento indicaba: La alianza se hará efectiva para conservar los derechos expresados en el anterior, y especialmente en los casos de ofensas que consistan: I. En actos dirigidos a privar a alguna de las altas partes contratantes de una porción de su territorio, con ánimo de apropiarse su dominio o de cederlo a otra potencia. II. En actos dirigidos a someter a cualquiera de las altas partes contratantes a protectorado, venta o cesión de territorio o a establecer sobre ella cualquier superioridad, derecho o preeminencia que menoscabe u ofenda el ejercicio amplio y completo de su soberanía e independencia. III. En actos dirigidos a anular o variar la forma de gobierno, la Constitución política o las leyes que las altas partes contratantes se han dado o se dieren en ejercicio de su soberanía. (Jorge Basadre Grohman, ob.cit.p.455).

No dejemos pasar por alto que el Tratado de marras preveía la existencia de arbitraje entre las partes con carácter previo a una eventual guerra.

Jorge Basadre Grohman, elucubraba en su marmórea prosa las razones que impulsaron al Perú a firmar el tratado falaz de 1873. Especulaba en el hecho del profundo recelo “Siempre entre ambos países” y en el propósito persistente boliviano en anexar Tacna y Arica a favor de su país.

Consideramos que el Tratado secreto de 1873 constituyó un acto de atolondramiento del gobierno civilista de entonces y que después el gobierno de Mariano Ignacio Prado Ochoa debió denunciar. Bolivia no tenía contingente bélico ni marina, por lo que en caso de conflicto bélico la carga reposaba en el Perú, como así ocurrió.

De otro lado la política fiscal del monopolio salitrero seguida por el Perú no era necesaria, ya que provocaría recelos en Chile. Debemos dejar constancia, como es sabido, que Argentina no se adhirió al Tratado citado por razones políticas internas de ese país.

El 14 de febrero de 1879, un pelotón del ejército chileno invadía Antofagasta, reivindicando para sí el territorio al sur de los veintitrés grados. La ocupación de Antofagasta fue hecha sin que los bolivianos efectuaran tiro alguno en defensa de su patria.

Chile tenía gran fuerza bélica y superioridad militar y naval sobre el Perú. Bolivia no aportaba nada. Producida la invasión de Antofagasta el Perú debió denunciar el Tratado y no inmiscuirse en el conflicto bélico entre Bolivia y Chile o solicitar el arbitraje pactado, aún corriendo el riesgo de una alianza chilenoboliviana. Ésta, de producirse, fulminaría el mencionado Tratado y nos habría dado tiempo para armarnos bélicamente.

La escuadra chilena tenía en 1879 dos acorazados, el Almirante Cochrane y el Blanco Encalada (gemelos fabricados en los astilleros Hull en 1874, 3566 toneladas, 2900H.P., seis cañones Armstrong de 12 toneladas y 9 pulgadas); las corbetas Chacabuco y O’higgins (1670 toneladas, 800 H.P., tres cañones Armstrong de 15 toneladas y cuatro de a 40 y 70); y de los buques de madera Esmeralda y Covadonga, reliquias de la guerra de 1866, Magallanes y Abtao. Bolivia no tenía escuadra. La escuadra peruana se componía del monitor Huáscar (construido en 1866, de 1130 toneladas, 300H.P. dos cañones de 300 dos de 40, blindaje de 4,5 a 5 pulgadas), la Independencia (construida en el año 1865 de 2004 toneladas, 550H.P. doce cañones de 70, dos de 150, cuatro de 32 y cuatro de 9); la corbeta de madera Unión, de 1150 toneladas, la Pilcomayo de 600 toneladas y dos viejos monitores, el Atahualpa y el Manco Cápac, que servían como guardacostas y estaban estacionados permanentemente en el Callao y Arica, respectivamente.

Inútil resultó, por la falta de crédito y de dinero del Perú y por la urgencia del asunto la gestión hecha por Canevaro, enviado peruano en Europa, para reforzar esta escuadra, inferior, como se ve, a la enemiga. (Jorge Basadre Grohman, ob.cit.p.466).

Colegimos entonces la evidente superioridad marítima y terrestre de Chile. La historia es harto conocida por todos los lectores: la proeza titánica del Almirante Miguel Grau y su marinería heroica, la lucha en el desierto árido y en el agreste morro de Arica. La defensa en Chorrillos y Miraflores y la posterior ocupación de Lima. Bolivia no hizo nada salvo una fugaz resistencia en Tacna. Su jefe máximo Hilarión Daza recibió dinero de los chilenos para no avanzar con sus tropas a Arica como era la orden, dejándose desamparados a los peruanos. Con posterioridad Daza fue declarado por el Congreso boliviano de ser indigno de la patria, pese a lo cual vivió con su sólida fortuna ilegal en París.

Debemos tener cuidado de no repetir la misma historia. Actualmente el Perú tiene sus fuerzas armadas en decadencia por la amenaza de los tribunales por la supuesta comisión de delitos contra los derechos humanos; mal pagadas y con material bélico obsoleto. No debemos permitir que la historia de 1879 se repita.

jueves, 11 de marzo de 2010

Chile trata de involucrar a Ecuador en la demanda marítima del Perú



Con la finalidad de neutralizar la demanda marítima interpuesta por Perú en La Haya, el gobierno chileno trató de coordinar con su par de Ecuador para que este último intervenga en el litigio a fin de ratificar que los acuerdos de 1952 y 1954 son tratados de límites y no simples acuerdos pesqueros.

Se debe precisar que Lima ha insistido en reiteradas oportunidades en que el diferendo es un tema bilateral con Santiago, debido a que no existe ninguna delimitación pendiente con Quito.

Sin embargo, según el diario El Mercurio, “dicen fuentes chilenas que La Moneda ha sondeado la disposición del gobierno ecuatoriano de Rafael Correa para opinar ante la corte internacional. Y aunque se reconoce que la respuesta ecuatoriana contuvo reticencias iniciales -especialmente de la Cancillería de ese país-, en Santiago entienden que la postura del círculo cercano al presidente Correa
Ello debido a que “uno de los argumentos centrales esgrimidos en la contramemoria apunta a que el límite marítimo fue fijado por los tratados de 1952 y 1954, firmados tanto por Chile y Perú como por Ecuador”.

De acuerdo con el estatuto de la corte internacional, existen dos caminos por los que un tercer país podría asumir un rol en el proceso. Primero, un Estado podría pedir “intervenir” cuando crea tener un “interés de orden jurídico que puede ser afectado por la decisión del litigio”. Segundo, el propio tribunal notificará “cuando se trate de la interpretación de una convención en la cual sean partes otros estados además de las partes en litigio”.

Respecto de esta maniobra de Chile, el ex canciller peruano y miembro del equipo de abogados y especialistas en el caso, Eduardo Ferrero, comentó que “la iniciativa deberá partir de Ecuador y no de Chile”.

“Hasta ahora no hay evidencia de que Ecuador lo vaya a hacer y en el Perú estamos tranquilos porque hemos examinado esta alternativa. La Corte puede aceptar o rechazar un pedido de participar en un proceso, que también tendría implicancias para Ecuador en la eventualidad que se presentara”, comentó.

“Sería un tema político y no jurídico que deberá explicar el canciller (de Perú, José Antonio García Belaunde)”, agregó.

martes, 9 de marzo de 2010

Comisión consultiva sobre delimitación marítima se reuniría la próxima semana para analizar estrategia peruana


A inicios de la próxima semana, la comisión consultiva ad hoc que asesora al Estado en la delimitación marítima con Chile se reuniría para continuar su trabajo y analizar su estrategia frente al proceso que se ventila en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, informó el embajador José de la Puente Radbill.

“Es muy posible que a inicios de la próxima semana o a finales de ésta nos reunamos; estamos haciendo la continuación de este trabajo y de la estrategia que nos habíamos fijado haciendo los análisis correspondientes.”

Explicó que de manera regular los miembros de esta comisión llevan a cabo un trabajo conjunto para seguir el proceso y, si es necesario, sugerir algún ajuste a la estrategia.

Dijo que se tienen que continuar los trabajos en la comisión consultiva, sobre todo tras la presentación de la contramemoria de parte de Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Consultado sobre la fecha en que se haría pública la contramemoria chilena, mencionó que eso dependerá de la Corte de La Haya; sin embargo estimó que “sería muy pronto”, tras lo cual se iniciará su análisis.

Asimismo, resaltó la incorporación del embajador Javier Pérez de Cuéllar al comité consultivo, ya que su experiencia se sumará a los destacados profesionales que la integran.

La Cancillería designó a 15 juristas y especialistas, entre ellos el embajador Javier Pérez de Cuéllar, como integrantes de la comisión consultiva ad hoc que asesora al Estado en la delimitación marítima con Chile y cuyo proceso se sigue en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Dicho grupo de trabajo está constituido, además de Pérez de Cuéllar, por los juristas Jorge Avendaño, Enrique Bernales, Diego García Sayán, Roberto Mac Lean, Enrique Mendoza y Aníbal Quiroga, entre otros.

ANDINA.